¿Influencers reales versus influencers de palo?
Las redes están echando humo desde que la gente se ha dado cuenta de que existen los bots. Por si te pilla un poco descolocado te cuento que los bots son robots que imitan comportamientos humanos.
¿Y qué es lo que ha ocurrido con estos bots? Resulta que se ha hecho público que perfiles de Instagram han usado estos robots para aumentar el número de seguidores rápidamente (de forma automática da likes y sigue y deja de seguir a diferentes cuentas).
Durante días he visto en Instagram a gente enfadada, frustrada, indignada… porque sus “ídolos” no han sido limpios y han comprado seguidores.
Personalmente entiendo la decepción que este hecho ha podido suponer para algunos de sus más fieles followers que pasaron del asombro, al enfado y a la indignación en cuestión de minutos.
Muchos perfiles se han lanzado directamente a la yugular de quienes lo hacen (porque es muy fácil descubrir quién se “relaciona” con bots), sin pensar en las consecuencias que eso podría tener para el acusado a dedo en cuestión.
La gente que compra followers lo hace para uno mismo, es decir, que a priori no está haciéndole daño directamente a nadie. Obviamente tiene consecuencias indirectas, pero ¿tan grave es como para poner en el ojo público a quienes lo hacen?
Con esto no estoy diciendo que me parezca bien. Creo que es una forma engañosa de posicionarse y una manera de reforzar el ego a base de ‘kas’.
Estos nuevos followers a golpe de talonario son fakes (falsos, cuentas fantasmas) e inflan de manera lustrosa el número de seguidores.
Un número por el que muchos se han obsesionado y aquí es donde creo que radica el problema.
Existe una presión social por cumplir ciertos estándares, por ejemplo, de belleza. A todos nos preocupa, en mayor o menor medida los kilos, la altura, las arrugas, la ropa… Luchamos por ser guapos, delgados y seguir las tendencias.
Asimismo, también existe una presión social que ha llegado a las redes sociales donde el éxito se mide en función de likes, número de seguidores, invitaciones a eventos, regalos enviados por grandes empresas…
Cuando visitas un perfil nuevo, ¿a que miras sus seguidores?
¿Por qué este perfil tiene 100k y yo sólo 200 seguidores?
Esa presión “social media” por ser relevantes creo que ha llevado a más de uno a usar bots pese a que posiblemente nadie se siente orgulloso de ello.
Quizás la culpa (si hay que hablar de culpables) es de todos, ¿no crees?
Entiendo que hay gente que quiera más seguidores y que lo intente de una forma más natural, pero también entiendo a aquellos que sienten la presión de que sus negocios funcionen y buscan una vía rápida para hacerse visible y estar a la altura de su competencia.
¿Influencers reales versus influencers de palo?
Para analizar esta cuestión necesito detenerme en otra pregunta…
¿En qué afecta esta nueva situación a las estrategias de comunicación con influencers?
Posiblemente en casi nada y te argumento el porqué.
- En unas semanas (posiblemente días) este tema se habrá olvidado.
- Los perfiles con cientos de seguidores que hayan usado bots seguirán existiendo.
- Quizás los que ahora usan bots dejarán de hacerlo, pero mañana aparecerá otra cosa y muchos caerán (o caeremos porque yo también me incluyo).
Conozco gente que ha dejado de seguir a quienes ha detectado que usan bots, pero creo que la mayoría no se ha percatado de lo ocurrido.
Los perfiles con cierto número de seguidores han puesto el grito en el cielo, pero el resto de la sociedad instagramera se ha visto un poco perdida sobre la discordia.
Por este motivo, antes he señalado que en pocos días este tema se esfumará.
Tengo que confesar que cuando preparaba este post he usado aplicaciones webs para ver el número de fakes tanto de perfiles con cientos de miles de seguidores como cuentas más discretas en este sentido.
Mi sorpresa es que la mayoría contenía fakes y eso me ha llevado a pensar que los falsos seguidores también llegan sin robots.
Entre los perfiles que miré vi que muchas cuentas tenían un 5% de fakes, por lo que en el caso de que fueran seguidores comprados pues era una ínfima parte de sus fans.
He visto perfiles con más de 200k falsos seguidores, pero a su vez con 900k reales.
También me encontré con un perfil que tenía un 60% de seguidores falsos, pero la cifra de reales superaba los 60k.
Mi conclusión es que efectivamente existe la práctica de usar robots, pero aún así esos perfiles con miles y miles de followers tienen una base de seguidores reales donde evidentemente el poder de su influencia también es real.
Por lo tanto, si eres un negocio yo sí que te recomiendo que apuestes por la relación con influencers como una manera de conseguir visibilidad inmediata, de aumentar seguidores de forma natural y de vender más.
La clave está en elegir al influencer correcto…
Y respondiendo a la pregunta del epígrafe, los influencers reales son los que tienen un alto poder de persuasión y son capaces de influir en el comportamiento de sus seguidores independientemente del número de seguidores.
Los de “palo”, aún teniendo seguidores, no son capaces de generar conversación en sus redes, tienen una comunidad poco activa y las marcas dejarán de confiar en ellos porque serán incapaces de conseguir buenos resultados tras una campaña.
Cómo detectar los perfiles de influencers reales.
Los números son importantes, pero también hay que observar otros datos a la hora de elegir con quién quieres colaborar.
Habría que valorar para saber si es real o no el poder de influencia aspectos como el engagement de las publicaciones con la audiencia, los valores de marca, la coherencia en los mensajes, la credibilidad o la creatividad.
No creo que haya que desconfiar de todos los influencers a raíz de este “escándalo”, solo creo que hay que aprender a identificar aquellos que realmente tienen una conexión con sus seguidores.
En definitiva, si quieres hacer una campaña de comunicación apoyándote de un influencer tendrás que aprender a detectar a aquellos que realmente tienen ese poder de influencia.
Aquellos perfiles que realmente generan reacciones entre sus seguidores, que establecen relaciones personales (que a fin de cuentas es la esencia de las redes sociales), que marcan tendencia y cuyo poder de persuasión influye sobre las acciones y decisiones de otros.
Los influencers reales siguen siendo perfiles que se lo han currado mucho, que crean contenido de calidad, que cuidan de sus seguidores y les respetan.
Son perfiles que no se autoproclaman como influencers porque esa condición no se dice, sino que se demuestra.
Además, con ellos serán con los que de verdad merece la pena poner en marcha una colaboración porque son prescriptores con un poder de alcance y de persuasión real.
Dicho esto, cada uno es libre de hacer y gestionar sus perfiles como desee, pero lo que en mi opinión no podemos perder de vista es el tremendo poder de influencia que tienen los auténticos influencers.
Las redes nos muestran perfiles de éxito y muchos son los que aspiran a ser como ellos porque en el mundo en el que actualmente vivimos, el postureo está de moda.
Personalmente. creo que esta polémica es positiva para el sector y nos ayuda a verlo todo con nuevos ojos.
Está claro que existen (y existirán) perfiles de influencers de palo, pero también hay muchos otros que trabajan cada día su marca personal, dan lo mejor de sí y tienen el poder incuestionable de persuadir e influenciar a su audiencia.
Son a ellos a los que tienes que dirigir tus esfuerzos, los verdaderos profesionales y prescriptores; y con los que podrás conseguir visibilidad inmediata, tener la oportunidad de llegar a tu público objetivo, trabajar tu posicionamiento, alcanzar mayor tráfico hacia tu web, mejorar el SEO, más ventas y mejorar tu reputación.
Estoy deseando de conocer tu opinión sobre el tema de la semana.