
Cuando íbamos al colegio o al instituto teníamos una manera auténtica de ligar. No quiero decir que ligar por WhatsApp sea menos original, pero a mí me gustaban los rituales de antes.
Una nota en un papel de cuadritos mal cortado. Posiblemente escrito con lápiz y lleno de faltas de ortografía.
El mensaje: ¿Quieres salir conmigo?
La respuesta: Sí (en el mejor de los casos) o No (la mayoría de las veces).
La cuestión es que nos hacía falta muy poquito para comunicarnos. Una hoja y un mensaje claro y directo.
¿Y por qué os estoy contando todo esto?
He percibido en las últimas semanas el miedo que puedes llegar a tenerle al contacto con periodistas.
¿Qué le digo? ¿Cómo se lo digo? ¿Qué palabras concretas tengo que usar?
Si cuando éramos pequeños nos comunicábamos de un modo tan eficaz, ¿qué nos ha ocurrido?
Como te decía, uno de los problemas que he detectado es el miedo, por ejemplo, a meter la pata, a que piense el periodista que no somos buenos en lo que hacemos, a que sienta que somos un fraude…
A esa edad éramos más inconscientes y no teníamos el sentimiento de culpa y responsabilidad tan pronunciado.
Los nervios también juegan malas pasadas. Quizás el día que te llame o te escriba un periodista sientas la necesidad de quererle contar toda tu historia, de dónde vienes, por qué has montado tu empresa y hacia dónde vas.
Son tan contadas las ocasiones para hablar con ellos que es normal que quieras que se empapen de tu vida. Pero esto es un error, no puedes contarle más de una cosa porque lo estarás atiborrando de información no válida para su artículo. Déjalo que sea él el que pregunte.
Otra práctica habitual que nos ocurre cuando nos contacta un profesional de la comunicación es que no respondemos a sus preguntas. La emoción nos acecha, las palabras se entrecortan y nuestra atención se dispersa.
Será el efecto que tiene mezclar el miedo con los nervios, pero la concentración se nos va y realmente no escuchamos lo que tienen que preguntarnos.
Ante este tumulto de sensaciones lo mejor es tener un argumentario, es decir, el clásico Q&A.
Si ahora mismo estás pensando que tú nunca vas a salir en los medios te recomiendo que leas este post antes de seguir porque verás que sí que puedes y es más fácil de lo que crees. ¿Acaso no has visto a tu competencia en los medios? ¿Por qué ellos sí lo han conseguido y tú no? La respuesta aquí.
A partir de hoy tienes que empezar a pensar como un auténtico periodista. Sí, al menos por unos días tendrás que convertirte en reportero. Depende de la fase en la que se encuentre tu negocio serás un reportero de guerra o un reportero de prensa local.
Como aún estás en periodo de prácticas te lo voy a poner muy fácil porque te vas a entrevistar a ti mismo.
Quizás estés pensando que me he vuelto loca, pero no. Apunta lo que vas a necesitar:
-Papel y lápiz (o pantalla y teclado).
-Personalidad de periodista.
-Personalidad de entrevistado.
Sí, necesito que tengas doble personalidad. Son las reglas del juego.
Antes de nada tengo que contarte qué es un argumentario de comunicación. Voy a simplificar al máximo la definición para que sea comprensible, se trata de un listado de posibles preguntas que te puede hacer un periodista con respuestas ya escritas muy pensadas y estudiadas.
Realmente tú puedes intuir qué puede preguntarte un periodista. El objetivo es tener un listado de posibles cuestiones para que no nos pille desprevenidos.
De este modo podrás preparar tus respuestas, incluir de un modo estratégico tu mensaje de marketing, tu propuesta de valor… Tiene que tener un tono informativo, pero al final tú estás trabajando esa comunicación y de un modo sutil debes incluir tus mensajes comerciales.
Consejo de periodista: aunque tengas estudiado tu argumentario, ensáyalo y haz que tu discurso parezca espontáneo.
Te preguntarás qué utilidades puede tener este documento.
-Estar preparado cuando un periodista llame a tu puerta o se cuele en tu bandeja de entrada.
-Si en la empresa hay varios portavoces es un modo de unificar mensajes, que todo el mundo responda igual ante un acontecimiento. Da mala imagen cuando desde una misma empresa se dan mensajes contradictorios.
-Si tienes una ponencia estoy segura que este Q&A te servirá como base documental porque tendrás tan preparados tus mensajes que podrás reutilizarlos.
No te he dicho algo muy importante: es un documento interno de la empresa. No debe salir a la luz ni debe de entregarse a los empleados, sólo a aquellos que también sean portavoces de la empresa.
¿Cómo se elabora un argumentario de comunicación?
Elige el soporte
Puede ser un documento en Word. Yo es lo que uso por la facilidad para añadir o quitar, para actualizarlo o para enviarlo por mail sin que tenga un peso excesivo.
El word me resulta muy cómodo. Recuerda que es un documento interno que no va a ver nunca la luz. Para una vez que puedes permitirte no tener que salir guapo y maquillado…
El argumentario es un documento vivo, debes actualizar los datos, fechas, últimas campañas… Siempre tiene que estar al día de todos los acontecimientos que ocurran en tu empresa.
No es necesario actualizarlo a diario, una vez al mes es suficiente.
Haz un listado de preguntas
No des por hecho que el periodista va a ser “blandito” contigo. Busca preguntas especialmente conflictivas.
Desde las típicas preguntas:
¿Por qué creaste tu empresa?
¿Cuándo se creó?
¿Por qué elegiste ese nombre?
¿Qué herramientas usas para que tu negocio se conozca?
¿Dónde buscas inspiración?
¿Cómo es el procedimiento de creación de este producto?
Hasta las más conflictivas:
¿Por qué usas materiales tóxicos?
¿Sabes que esa práctica es perjudicial para el medio ambiente?
¿Me puede explicar por qué este producto tiene sustancias cancerígenas?
¿Está usted implicado en la trama de corrupción junto a este político?
Sé que eres de buenas prácticas y casi seguro los periodistas no te harán preguntas de este segundo bloque.
Lo que quiero transmitirte es que hay que estar preparado para las preguntas de color de rosa, y para las de color negro.
Prepara las respuestas estratégicamente
Hay algunas técnicas para preparar las respuestas, por ejemplo, eludir la pregunta y responder lo que uno quiere.
Ahora entenderás por qué responden así los políticos. Le pregunten lo que le pregunten tienen su discurso cerrado.
A mí esto no me parece correcto, hay que responder a lo que nos pregunten, pero esas respuestas tienen que estar pensadas.
Trata siempre los temas desde un punto de vista positivo.
Intenta poner ejemplos o contar anécdotas que ejemplifican tu argumento.
Cuando pase un tiempo y te conviertas en un experto de comunicación a mi lado, te enseñaré a cómo introducir titulares dentro de las respuestas. Por un lado le daremos el trabajo hecho al periodista, y pensando en tu empresa podrás darle el titular que a ti te interese.
Esto no debe salir a la luz porque son respuestas estratégicas para medios, no tiene fin comercial. El verdadero objetivo es no meter la pata y estar a la altura con todo lo que nos pregunte el periodista.
Mi recomendación es que empieces a crearlo hoy mismo, anota las primeras preguntas que te vengan a la mente y estoy segura que sin pensarlo te llegarán nuevas preguntas.
Este documento te será muy pero que muy útil. Palabra de Eli Romero.
PD: si aún no has visto la entrevista que me hizo la pasada semana Laura Ribas te recomiendo que pinches aquí. No estoy acostumbrada a que me entrevisten pero la repercusión ha sido magnífica para mi empresa. ¡Gracias Laura!